Los equipos de trabajo, como los grupos familiares, grupos de amigos u otros semejantes adquieren dinámicas de funcionamiento, marcan implícita y explícitamente unas normas y mensajes que influyen en las relaciones y en la eficacia del trabajo.
El manejo del poder, la presencia o ausencia de reconocimiento, los roles que cada miembro del equipo va desempeñando, el tipo de autoridad que se ejerce, la aceptación o cuestionamiento que los miembros del equipo hacen de las figuras de autoridad, la claridad o ambigüedad de las funciones y de las metas, las relaciones personales dentro del equipo, la rivalidad, respeto, envidia, o admiración entre los compañeros y su aceptación o negación, la manera de resolver los problemas y los conflictos ,etc., son algunos de los aspectos que influyen para que el equipo se configure de una manera u otra.
Muchos equipos de trabajo dedican periódicamente un espacio a su dinámica de cara a limpiar los asuntos pendientes que entorpecen su funcionamiento y a reforzar aquellos aspectos más sólidos y adaptativos.